Advertencia

.- Esta serie no tiene ningún tipo de continuidad cronólogica, ni coherencia alguna con el mundo exterior.
.- Zagardúa y Rataflatti son personajes ficticios, viviendo experiencias producto de la fantasía (y a veces no tanto).
.- Zagardúa y Rataflatti pueden actuar en conjunto o por separado sin que esto altere la calidad del producto.
.- Pueden provocar somnolencia y diarrea.
.- No consumir antes de operar maquinaria pesada.

12.5.09

TEMP 01 - EPISODIO 03 (1ra Parte)





DOS PARA EL CAZOTE
Zagardúa y Rataflatti en.... "¡El vuelo de Icaro!"





Elenco



Zagardúa .................................................................. Zagardúa
Rataflatti .................................................................. Rataflatti

Ciego Perretti .......................................................... Garruchio
Chancho Malaventura ............................................ Comisario




Con las actuaciones estelares de




Claudio Don Satur ................................................... Taxista enfurecido
Chichipio Viale ......................................................... Inspector de la Fuerza Aérea

Polo Ruente .............................................................. Director del manicomio


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BLOQUE I - La idea.



Viernes por la tarde.

Zagardúa y Rataflatti yacen en las camas de la habitación del primero. En la televisión, aparece un tipo que se fabricó un avión ultraliviano.

- ¿Te imaginas?... en diez minutos estaría en Martínez.
- Estaría buenísimo – responde Zagardúa – salir a boludear los fines de semana…

Rataflatti trabaja en la zona norte, y a diario, soporta el viaje de mas de ciento quince minutos en el colectivo 343.

- ¿Cuánto podemos gastar construyendo ese ultraliviano? – suelta.
- El tema no es cuanto, es donde.
- ¿Dónde que?
- Donde lo levantas, y donde lo aterrizas – responde sabiamente Zagardúa
- Acá en Rodríguez Peña puedo carretear unos cincuenta metros…
- ¿Y una vez arriba?
- Ahí veo

Zagardúa asume esta vez el papel de crítico del proyecto. Aunque la sangre le hierve, debe considerar todas las variables. El despegue, el aterrizaje, la ruta de vuelo y la autonomía del artefacto no son cuestiones menores.

- Ahí ves… ¡ahí ves que sos un pelotudo clase A!
- Imaginate Zaga, tiene que ser un avión rápido de armar y desarmar…
- Aha…
- El semáforo de Rodríguez Peña corta 40 segundos…
- Si…
- Debería poder armarlo al menos en 35 para poder carretear delante de los autos
- Seguí… alentó Zagardúa
- Una vez arriba, vuelo en línea recta a Martínez…
- ¡Sigue predicando hermano…!
- Y sobre Avenida Maipú, engancho un semáforo que recién se ponga en rojo…
- Y aterrizas, en 30 segundos… lo desarmas en 10…
- O doblo en una esquina y me da más tiempo…
- ¡Hagámoslo! – aulló Zagardúa
- ¡Si!
- Maaa… ya venimos, vamos a comprar el diario.

Zagardúa y Rataflatti salen a comprar el segundamano, buscando ciclomotores chocados o motos de baja cilindrada capaces de empujar la aeronave, alguna vez soñada por Da Vinci, y por otros tantos inconscientes.

- Mirá… Nx 250, chocada, $400
- Y ponele, $200 mas de caños y lona…
- Me parece que ya estamos en el negocio de la aeronáutica Rataman.
- Tu lo has dicho Zagardúa… ¡tu lo has dicho hermano!.

Por la noche, tenían una moto chocada en el fondo de la casa de Rataflatti.

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BLOQUE II – El Proyecto


Aquel sábado a la mañana, el primo mecánico de Zagardúa delira con la idea de nuestros héroes. No puede creer que no se le haya ocurrido antes. Apura el mate en el jarrito de chapa enlozada, y recupera la compostura.

- Primero tenemos que armar la estructura, los tensores, la dirección…
- Hagamos la lista de cosas que hay que traer.
- El motor está muy bien – reconoce Garruchio, el primo de Zagardúa.
- Tenemos las ruedas de la NX – dice Rataflatti
- No Rata, son muy pesadas, vamos a poner ruedas de bicicleta
- ¡Pero son una poronga!
- ¡Hay que reducir el peso en todo lo que se pueda!
- Empecemos – grita Rataflatti.
- No… yo ahora estoy laburando en un Renault 12 que vienen a buscar al mediodía…

Al mediodía, Zagardúa y Rataflatti golpean la cortina metálica del taller de Garruchio. Un cargamento de caños de pileta, dos rollos de alambre zincado y unas lonas viejas los acompaña.

- Acá hice un diagrama de cómo vamos a armar la estructura – dice Garruchio.
- Aha… las ruedas… las alas… la pedalera… acá iría la butaca…
- ¡La butaca! – Exclama Rataflatti – ¡Nos falta la butaca!

Garruchio lo mira con desconcierto.

- Acá cerca está el club Ameghino… están esas sillas de plástico… “pedimos” una y listo.
- Entonces – dice Zagardúa - empecemos a soldar putos caños.


Entre Zagardúa, Rataflatti y Garruchio, cortaron, acomodaron, escuadraron y soldaron caños durante toda la tarde hasta armar una estructura. Calcularon la envergadura del avión, y comprendieron que una vez soldado, no podría salir del taller. Así que, en lugar de fabricar una estructura desmontable, optaron por lo más fácil: una estructura que fuera plegable, hasta reducir el avión al ancho de un automóvil.

Aquella noche Rataflatti no puede dormir por la adrenalina generada por el proyecto. Zagardúa ronca como una motosierra.

A la mañana siguiente salieron los dos corriendo al taller de Garruchio.

- No pude dormir pensando– dice Garruchio – y como no tenia sueño me vine al taller.
- No lo puedo creer Garru… es… quedó… horrible.
- Mirá esto pelotudo – dice Garruchio tomándose la entrepierna
- Es horrible también – responde Rataflatti
- No, mirá esto…

Sacan la estructura de la aeronave a la calle, que ocupaba todo el ancho. Garruchio Toma las alas, y las levanta, accionando un mecanismo por el cual se traban y destraban en las dos posiciones.

- Empújenme – ordena Garruchio

Zagardúa y Rataflatti empujan a Garruchio, que va piloteando el artefacto.

- ¡Larguen!

En menos de diez segundos Garruchio frenó el avión, se bajó, y plegó las alas.

- Mientras no tengas que pasar por un túnel de menos de tres metros de alto, vas a poder andar por la calle.

Garruchio prueba que tranquilamente, y en caso de que el artefacto efectivamente vuele, es factible plegarlo y desplegarlo en escasos segundos, en una avenida ancha. Rataflatti no puede controlar la mandíbula. Zagardúa mira asombrado el genial aparato.

- Falta lo mas difícil – dice Garruchio – hay que armar el motor, los controles…
- ¿Y vuela? – preguntó Rataflatti ausente en sus pensamientos
- Rataflatti… a veces me sorprende que se te ocurran cosas como esta – dijo Garruchio.
- ¿No vuela?
- ¡No sé!¿como se supone que pueda saberlo?

Durante todo el domingo montan el motor, pedales, controles de vuelo, y tensores de ala. Todo casero, adaptado, rejuntado y recauchutado.

- Faltaría la lona, pero eso es mas jodido – dijo Garruchio. – Tenemos que hacerlo bien.
- Hagámoslo ahora – dice Zagardúa – quiero ver volar esta belleza.
- No seas impaciente, pajerito, vamos a esperar. Esto puede llevar meses.
- No… quiero volar… ahora… - implora Rataflatti
- Vas a volar de una patada en el orto vos – responde Garruchio. Hagamos las cosas bien.
- Pero…
- Hasta que esto vuele, y lo maniobres bien, y le tomes la mano, van a pasar semanas.

Continuaron durante la semana, los tres, trabajando exclusivamente en el avión. Se dedicaron a lijar bien los caños, pintarlos, ajustar, probar torsión, y finalmente, remacharon la lona en la estructura, armando el cuerpo del ultraliviano. Por último, ajustaron bien la hélice en la parte trasera, fabricada con chapas pulidas de aluminio.

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BLOQUE III – La Prueba

Garruchio habló seriamente. “Primero, debemos probar el avión en un lugar abierto, con un vuelo corto. Verificar, en caso de que vuele, a cuantas revoluciones tiene que ir el motor. Una vez verificado, en tierra, gastar un tanque completo a la misma velocidad y fuerza para comprobar el tiempo de autonomía de vuelo”.

El escenario elegido en este caso, es el descampado que se extiende al costado de la panamericana, en el cruce con la avenida Uruguay.

- Vamos a probar primero el motor y los controles – dice Garruchio
- ¿Quién es el mas indicado de los tres? – pregunta Rataflatti
- ¡Mirá esta pancita papá! – dice Garruchio. – Yo peso 95 kilos.
- Yo 84 – dice Zagardúa
- Yo 75 – dice Rataflatti esperanzado
- Entonces voy yo – dice Garruchio. – Hay que probarlo con lo mas pesado que haya.

Garruchio se sube al avión plegado y lo pone en marcha. La hélice no vibra, gira casi silenciosa, hasta que empieza a cortar el aire.

- ¡Estoy con el freno a fondo! – Grita Garruchio – ¡La hélice empuja como la concha de la lora!
- ¡Soltale el freno Garruchio!¡Hacelo carretear! – Grita Rataflatti



Garruchio levanta el pulgar aprobando la directiva de Rataflatti. En 15 segundos, se baja, despliega y traba las alas. Lento, empieza a soltar el freno manual, y el avión empieza a carretear, primero zigzagueando, luego estable, en línea recta. Recorre una distancia de 100 metros, a una velocidad increíble. Garruchio mantiene las alas en posición horizontal para no levantar vuelo, pero el avión tiende a subir por el poco peso y el aire que pasa por debajo de las alas y lo empuja. De golpe, Garruchio se juega entero, y empuja la palanca para darle inclinación a las alas. En menos de dos segundos, el avión se despegó del suelo como un barrilete en la tormenta.

Rataflatti entonces abrió la boca del tamaño requerido por una hamburguesa doble. Los caños y la pintura, el motor y la lona, la butaca afanada y las ruedas de bicicleta, y Garruchio, se habían alejado rápidamente del suelo.

- Vuela… - susurró Rataflatti.
- Como un pajarito… - asintió Zagardúa, con los ojos fijos en aquella estructura volante.




---- CONTINUARA ----

6 comentarios:

Ceci dijo...

Qué lindo volaaaaaar!
A estos dos en proyectos ambiciosos no les gana nadie...
Quiero una vuelta!!

El gato vagabundo dijo...

Ceci: No se si proyectos ambiciosos. Z & R no conocen los limites de la lógica, del peligro, de la ley.

Ellos se la juegan enteros con un par de mangos como capital inicial. Y en algún momento la van a pegar, y van a inventar algo que realmente sea un exito.

Para la vuelta, es cuestión de que les hables alla en bs as. Despues te paso el telefono.

Anónimo dijo...

se me cayeron las lagrimas, todos los sueños de dos h de p escrios de una manera increiblemente grafica.
tanto talento!!! usted tiene la obligacion de aprovecharlo

El gato vagabundo dijo...

Anonimo: Esperemos que asi sea!

Viejex dijo...

No fue el cable rojo, pero alguna cosa tocaron esos dos salames.

No pude llegar a traves de blogger. Cambiaste la dirección del blog o algo asi?

Nati Alabel dijo...

Gato, creo que ya te lo dije, deberías tomar un par de clases de guión para aprender la parte técnica. De ahí, a escribir guiones por la vida. Te sobra inventiva e intuición.